CARTA DE ÁNIMO PARA LOS QUE LES HAYA SALIDO MAL EL EXAMEN
Publicado: Vie Feb 14, 2014 1:36 pm
Me alegro muchísimo por todos los que ya sabéis casi con seguridad que vais a aprobar el examen. Pero no me olvido de los que se han quedado por el camino, a vosotros, os animo a perseverar, a seguir estudiando para poder aprobar en la próxima convocatoria.
Quiero compartir con vosotr@s una historia personal que creo que puede ayudar a todos los que en este momento estéis desanimados porque hayáis hecho un mal examen.
Cuando yo era pequeña estudiaba en un colegio un poco pijo. Era un colegio de esos que creen, como hay muchos, que hay niños que merecen una oportunidad y niños que no, o como ellos decían niños de sobresaliente y niños de suspenso. Aunque resultaba curioso que la mayoría de los niños de sobresaliente eran hijos de…….
Como yo de aquella estudiaba más bien poco, me metieron en el grupo de los niños que no merecen una oportunidad y me sugirieron que era mejor que no intentara ir a la universidad y que cambiara de colegio. Pero como siempre he tenido una vena rebelde decidí que iba a demostrar de lo que era capaz a todos aquellos que me decían que yo no podía.
Así, después de que esas aspirantes a pitonisas me auguraran que nunca iba a llegar a nada aprobé mi carrera de enfermería (por cierto, con uno de los mejores expedientes de mi promoción), obtuve una de las 5 becas Nacionales que convocaba el Instituto de la Salud Carlos III para estudiar en Canadá, realicé un máster en investigación enfermera en Canadá, aprobé el EIR (aunque no cogí plaza porque sólo iba al examen para practicar), aprobé una oposición en primaria, aprobé otra oposición en primaria que me permitió acercarme a mi lugar de residencia (a estas alturas de la película, me resultaba más fácil aprobar una oposición que solicitar un traslado), aprobé una oposición de atención especializada (la droga del hospital, en concreto de la UVI corría por mis venas y rechace mi plaza de primaria para volver al hospital), aprobé una plaza de emergencias de la que me quedé en excedencia por rellenar mal los códigos para pedir plaza (como dice mi marido, que seas tan listina para unas cosas y tan tontina para otras….) y como me ocurrió este percance me volví a presentar de nuevo y esta vez aprobé una plaza de emergencias, y además ¡rellené bien los códigos! (siempre os digo que en lugar de darse por vencido hay que aprender de los errores).
Todo esto os lo cuento, no para que penséis que soy muy lista, que no es así, lo que soy es muy constante y muy perseverante. Os lo cuento para que NUNCA creáis a quien os diga que es lo que podéis o lo que no podéis hacer. Donde podéis o no podéis llegar.
Quien mejor os conoce y por tanto quien mejor sabe a dónde podéis llegar sois vosotros mismos.
Si yo hubiera hecho caso a quien me decía no puedes, no hubiera hecho una carrera y un máster en Canadá, ni hubiera aprobado 5 plazas y una especialidad.
Cuando os desaniméis y os venga a la cabeza un pensamiento que os diga tú no puedes cambiarlo inmediatamente y pensar TÚ SI PUEDES.
Es increíble lo que puede hacer un ser humano con ilusión y perseverancia. ¡Hasta hemos llegado a la luna y eso que era imposible!.
Un abrazo muy grande y ánimo.
Ana Reguera (alias Regue).
Quiero compartir con vosotr@s una historia personal que creo que puede ayudar a todos los que en este momento estéis desanimados porque hayáis hecho un mal examen.
Cuando yo era pequeña estudiaba en un colegio un poco pijo. Era un colegio de esos que creen, como hay muchos, que hay niños que merecen una oportunidad y niños que no, o como ellos decían niños de sobresaliente y niños de suspenso. Aunque resultaba curioso que la mayoría de los niños de sobresaliente eran hijos de…….
Como yo de aquella estudiaba más bien poco, me metieron en el grupo de los niños que no merecen una oportunidad y me sugirieron que era mejor que no intentara ir a la universidad y que cambiara de colegio. Pero como siempre he tenido una vena rebelde decidí que iba a demostrar de lo que era capaz a todos aquellos que me decían que yo no podía.
Así, después de que esas aspirantes a pitonisas me auguraran que nunca iba a llegar a nada aprobé mi carrera de enfermería (por cierto, con uno de los mejores expedientes de mi promoción), obtuve una de las 5 becas Nacionales que convocaba el Instituto de la Salud Carlos III para estudiar en Canadá, realicé un máster en investigación enfermera en Canadá, aprobé el EIR (aunque no cogí plaza porque sólo iba al examen para practicar), aprobé una oposición en primaria, aprobé otra oposición en primaria que me permitió acercarme a mi lugar de residencia (a estas alturas de la película, me resultaba más fácil aprobar una oposición que solicitar un traslado), aprobé una oposición de atención especializada (la droga del hospital, en concreto de la UVI corría por mis venas y rechace mi plaza de primaria para volver al hospital), aprobé una plaza de emergencias de la que me quedé en excedencia por rellenar mal los códigos para pedir plaza (como dice mi marido, que seas tan listina para unas cosas y tan tontina para otras….) y como me ocurrió este percance me volví a presentar de nuevo y esta vez aprobé una plaza de emergencias, y además ¡rellené bien los códigos! (siempre os digo que en lugar de darse por vencido hay que aprender de los errores).
Todo esto os lo cuento, no para que penséis que soy muy lista, que no es así, lo que soy es muy constante y muy perseverante. Os lo cuento para que NUNCA creáis a quien os diga que es lo que podéis o lo que no podéis hacer. Donde podéis o no podéis llegar.
Quien mejor os conoce y por tanto quien mejor sabe a dónde podéis llegar sois vosotros mismos.
Si yo hubiera hecho caso a quien me decía no puedes, no hubiera hecho una carrera y un máster en Canadá, ni hubiera aprobado 5 plazas y una especialidad.
Cuando os desaniméis y os venga a la cabeza un pensamiento que os diga tú no puedes cambiarlo inmediatamente y pensar TÚ SI PUEDES.
Es increíble lo que puede hacer un ser humano con ilusión y perseverancia. ¡Hasta hemos llegado a la luna y eso que era imposible!.
Un abrazo muy grande y ánimo.
Ana Reguera (alias Regue).